lunes, agosto 15, 2005

El Río

-- Dedicado a mi hija mayor. © Enero 1998

Júbilo por tu sola existencia. Festejo por el simple hecho de contarte entre nosotros, no digamos ya por verte sonreír y fortalecerte, comer y dormir. Gozo al reflejarme en tus ojos inquietos, persiguiendo tu mirar.

Me sorprendo a mí mismo en una suave emoción que me arrulla, cuando me encuentro abrazándote para procurar tu dormir. Me encuentro feliz en el vínculo que nos nutre, como aquel río que fluye en el campo, inundándolo de vida y de fulgor. El campo recibe del agua la vida, el río encuentra en el campo su destino y la paz. Curioso es que me regreses ya vida cuando, por ser yo tu padre, de mi lado la entrega se supone que está.

Noto en mi otra mitad, como nunca antes entrega y felicidad. Nuestro vínculo se transforma de pareja a familiar. Su espera amorosa para establecer el contacto, después de la ola emocional. Su fuerza, a pesar de el dolor y el cansancio, para ofrecer su seno una vez más. Hay vivencias que con palabras no soy capaz expresar.

Ayer un hombre sabio me dijo:
---Imagina que igual te quieren tus papás.

Y me descubrí navegando en un río antiguo.
Viajando en un amplio caudal de armonía, entrega y paz.

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1 Comentarios:

At 3:21 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

Re tierno el caudal eh? Y va en aumento, y siento que es bonito estar en el papel de padre. Pensar en eso es bello.

 

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