lunes, agosto 15, 2005

Silencios

Hay silencios que, vestidos de asombro, llegan acompañados de la contemplación, de la belleza o del amor. Hay momentos callados que todo lo abarcan gritando inauditos “te quiero, mi amor!”.

Hay instantes de pausa que suavemente nos llegan, atrapándonos con bostezos y párpados lentos. Breves y largos intermedios que cuando terminan nos encontramos reconfortados y frente a un día nuevo que canta ya.

Hay pausas de angustia que inundan, como tormentas, el corazón. Son momentos de muerte que agitan y ahogan el alma, golpeando con puños de ácido el vientre, cuajándonos en el dolor. Y la esperanza, cual árbol exhausto en el viento, única que sobresale del pantano de llanto, es desfoliada por suspiros de otoño, lamentos de un pasado que no volverá. Se sumerge extenuada en la noche, con la incertidumbre de ver en un futuro feliz a la primavera. Quizá.

Hoy es uno de esos silencios de otoño, de angustia mordiente, de incertidumbre fatal.
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© Junio 6, 1999

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2 Comentarios:

At 3:34 p.m., Anonymous Anónimo dijo...

Aterrador. Y bastante intimidante puede ser el silencio. Pero tan necesario, casi como el aire.

 
At 11:39 p.m., Blogger Ricardo Medina dijo...

Muy cierto caro. Nos ayuda a tomar perspectiva.

 

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