jueves, diciembre 29, 2005

El gordito bonachón

¿Cuánto tiempo nos dura la certeza de la entrega gratuita? Hay quien asegura que la magia se acaba con la escolarización formal. Y literalmente parece que dejas de creer en Santa Claus cuando entras a primaria, pues siempre hay alguien que quebranta la ilusión.

Y sin embargo, yo sigo creyendo en ese gordito bonachón. Cada día me encuentro con regalos en forma de sonrisas, cortesías viales, respeto laboral y tranquilidad al dormir. Me es imposible negar la magia de sentirme becado por la vida, consentido hasta el hartazgo por quienes me aman sin mayor excusa que un “porque sí”. El jo-jo está presente cada día, y es el 25 de diciembre un buen momento para recordarlo.

Y es frente a esta realidad inmensa que todo este andamiaje educativo sobre la justicia, el orden y la reciprocidad me empieza a parecer realmente estrecho. Ahí está la magia: en que pudiendo optar por la Justicia, preferimos la Generosidad.

© Diciembre 29, 2005

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