martes, noviembre 14, 2006

La geografía se equivoca

Un cambio de latitudes cual reflejo de la hermandad más allá del ecuador. Lima y México, entrelazadas desde tiempo inmemorable: más allá de latitudes, tiempos y espacios.

Viven ambas con orgullo el simbolismo de su pasado indígena y colonial, corren en vertientes paralelas Tupac Amaru y Cuauhtémoc, María de Guadalupe y una cohorte de arcángeles, una plaza de armas y otra constitucional. Y las dos reinventan gradualmente su presente indígena, que reconquista su espacio en las remesas migratorias; lo mismo da si hay que cruzar el Atlántico o el Río Bravo.

Palpita el encanto de su gente en la cortesía, la solidaridad y el buen comer; da lo mismo si hay que decir por favor al dar o al pedir, con igual entusiasmo se devora el cebiche que los tacos al pastor. Basta con llegar a la rectitud de intención para que todo lo demás sea gratuito: son afines el pisco y el tequila, el sol y el peso, los barrios de Barranco y Coyoacán, la sonrisa callejera y el secreto empresarial. – Y también en ambas latitudes la cultura vial es casi criminal.—

Se emparejan en sincretismos integradores, luchando contra la claustrofobia de un valle central, la mala prensa y el protagonismo de sendos vecinos. Y con ambos brazos bregan hacia el progreso aprovechando todos los recursos a la mano, semejantes resultan así la Caja Metropolitana y el Montepío de Luz Saviñón, la riqueza aurea y el petróleo, la Corriente del Niño y las lluvias de temporal.

Qué honor ser testigo de tantas sorpresas positivas, qué privilegio encontrarme con tantos hermanos nuevos y profundizar en los encuentros que ya son. Empiezo a considerar la geografía se equivoca y el ecuador está mal puesto, pues hay tal afinidad entre México y Lima que tenemos que estar exactamente a la misma latitud, sólo que los chilangos en el norte y los limeños en el sur.

© clipp, 14 de noviembre, 2006
Ricardo Medina Covarrubias

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miércoles, noviembre 01, 2006

A chambear Calaverita, por favor

¡Llévatelos ya a todos Parca linda!
chambea y no dejes pasar otro año.
Rompe ya la barrera donde colinda
el retoño con el permanente daño.

Llévate ya la ingenuidad forzada
que navega con bandera de taruga.
Precipítale una gran caja blindada
que la planche y deje sin arruga.

Acaba con la cerrazón tapada
que es tan flexible como el granito.
Dónale una cabeza dinamitada
a ver si puede pensar tantito.

Mófate ya del cinismo hiriente
que llama verdad a su rencor.
Con un venenito bien potente
dale buen término por favor.

Opaca ahora esa gris resignación
de muertos que viven quimeras.
Haciendo efectiva propia maldición
saca a relucir sus flacas calaveras.

Coopera ya Parquita con el fallecer:
cambia la ingenuidad por atención,
la cerrazón transmuta en entender,
da muerte al cinismo y vida a la pasión,
fin a la inercia y mucha vida que mover.

© clipp, Noviembre 1, 2006
Ricardo Medina Covarrubias

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